María
Villar Buceta nació el 21 de abril de 1899, en el pueblo que por aquel
entonces se llamaba Corral Falso. Los únicos estudios formales que
realizó fueron los primarios, los cuales tuvo que interrumpir a la edad
de 11 años, al morir su madre, para dedicarse a criar a sus hermanos,
ya que esta pérdida y la precaria situación económica por la que pasaba
su familia así lo requirieron. Inició su vida literaria en su pueblo
natal; escribía por las noches cuando concluía los quehaceres
domésticos.
A
la edad de 16 años, en 1915, el poeta Agustín Acosta, la presentó en
el suplemento cubano de la Revista Pretorial Review y el 3 de Abril de
ese mismo año publica su primer soneto en el Diario de la Marina
titulado “Desilusión”. Desde este momento se comienza a destacar
admirablemente, por la originalidad de su poesía.
María
continúo trabajando, y, entre los años 1917 y 1918 sus poemas ven la
luz en las revistas El Fígaro y Social. En Julio de 1920 Emilio Roig de
Leuchsenring le publica en la Revista Social su original “Autorretrato”,
el cual años más tarde aparecía en su libro de poemas “Unanimismo”. Ya
en estas líneas en prosa María Villar tipifica su estilo incisivo,
donde se burla delicadamente de personajes y aptitudes negativas de
aquel momento.
En
1921 se traslada para La Habana, en busca de trabajo, ante la
desesperada situación económica y la asfixia cultural de su pueblo. En
la Capital comienza a trabajar como secretaria de redacción y como
redactora del Diario de la Noche, donde al año siguiente se publica su
artículo, “El 24 de febrero y yo”, que motiva la visita de Rubén
Martínez Villena, junto a Laguado Jayme, iniciándose así una amistad y
comunidad de ideales que perduraría para siempre. Más tarde, pasa a “El
Heraldo de Cuba”, donde desempeña los mismos cargos; órgano aún del
liberalismo político, bajo la dirección de Manuel Márquez Starling. Es
así que entra a trabajar en la Biblioteca Nacional, gracias a las
gestiones de Emilio Roig de Leuchsenring, Enrique José Varona y Fernando
Ortiz, ocupando en la planilla el cargo de Oficial de Clase Segunda.
Cuando
Machado sube al poder, María ocupa inmediatamente su lugar entre los
jóvenes que lo combaten clandestinamente. A partir de este momento se
entrega en cuerpo y alma a la acción revolucionaria. Bajo este contexto
de lucha revolucionaria es que aparece en 1927 su libro de versos
“Unaninismo” dedicado a Sarah Méndez Capote. María Villar fue de los
que abrieron con Rubén Martínez Villena, Juan Marinello, José Zacarías
Talllet, Regino Pedroso y Nicolás Guillén una nueva etapa en la que se
revelaba la creación de un arte nuevo, como expresión de un camino
abierto a la fundación de una nueva sociedad del cual brotase de la
propia entraña cubana y popular, en oposición al régimen neocolonial.
En
1930 se incorpora al Partido Comunista de Cuba y junto a Gaspar Jorge
García, funda el Partido Comunista de Calabazar, y en algunas otras
zonas cercanas como el Wajay.
Lucha
contra Machado junto a Rubén Martínez Villena y otras figuras
revolucionarias del momento, por lo cual es denunciada a la policía
Machadista, nombrándosele un supervisor militar con el encargo de
vigilar en cada paso que ella diera en la Biblioteca Nacional.
Este
mismo año comienza a escribir “Colillas” tratando de ayudar a despertar
la conciencia del proletariado. En medio de esos convulsos días de
lucha revolucionaria, un periodista del diario El Mundo, la
visitó para entrevistarla en relación con una encuesta sobre el
movimiento feminista en Cuba, que se publicaría en el Anuario de dicha
publicación.
En 1934 publica Vida y Muerte de Rosa Luxemburgo en el periódico Ahora, donde destaca importantes facetas de la luchadora alemana. Colabora con la revista Masas,
editada por la Liga Anti-imperialista de Cuba. Este mismo año se
integra al grupo Gorki, primera filial cubana de la Internacional de
Escritores y Artistas Revolucionarios. El manifiesto inicial fue firmado
por 24 escritores revolucionarios cubanos entre los cuales María Villar
era la única mujer.
En
el año 1936 ofrece en la Sociedad Lyceum del Vedado su “Curso de
Iniciación Biblioteconómica”, el cual constaba de 24 lecciones orales y
prácticas y que constituyó el primero de su género en Cuba. A partir de
esta fecha trabaja como bibliotecaria en las bibliotecas Rafael María de
Labra del Casino Español de La Habana, en la Biblioteca Municipal y en
la Biblioteca de la Escuela Nocturna Popular del Cerro, donde ocupó la
plaza de jornalera de los fosos municipales.
En
1940 Integró el cuerpo de Profesores de la primera Escuela de Servicio
de Biblioteca que ofreció su primer curso en la Sociedad Lyceum del 4 de
Marzo al 31 de Mayo. Al fundarse la Escuela Profesional de Periodismo,
en 1943, logra su traslado a ese centro, donde funda y dirige su
biblioteca.
Elaboró
un curso teórico práctico de biblioteconomía con vistas a impartirlo en
la Academia Bravo en el período de Octubre de 1943 a Julio de 1944.
Este intento confrontó dificultades económicas pero resultó el primero
por instaurar esta enseñanza de modo formal en un centro privado de este
nivel. En este mismo año compila la bibliografía anotada sobre Rafael
María de Labra la cual publica en la imprenta “El siglo 20”. En 1945
colabora en la revista “Orígenes” con sus poemas: El Faro, Mar Muerto, Muerte Nueva y Dureza, duración.
En 1946 dicta una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La
Habana a solicitud de la FEU, sobre “Evocación a Rubén Martínez
Villena”. En 1946 publica en el Boletín de la Asociación Cubana de
Bibliotecarios “La enseñanza Biblioteconómica en Cuba”, donde ofrece una
visión panorámica de este enseñanza en nuestro país partiendo del
primer curso de iniciación que impartió en 1936.
En
1959 se traslada al triunfo de la Revolución Cubana para la Biblioteca
del Ministerio de Relaciones Exteriores donde desempeña la Subdirección
hasta que se retira en 1968. En 1976 publica en la revista Bohemia
“Rubén un muerto inmortal”. En este trabajo confiesa cómo conoció a
Rubén Martínez Villena. Pronunció una conferencia en el Centro de
Documentación del Consejo Nacional de Cultura sobre “Emilio Roig de
Leuchsenring como documentalista”. Esta conferencia fue publicada por la
revista Unión.En 1977 muere, en la sala Borges del hospital Calixto
García a los 78 años de edad.
Se
otorgará a profesionales, miembros de la Asociación cubana de
Bibliotecarios (ASCUBI) o de la Sociedad Cubana de Ciencias de la
Información (SOCIT), que en su quehacer se destaquen por la adhesión a
los principios éticos de la ASCUBI y por su contribución a la formación
de bibliotecarios, tanto a nivel medio como superior.
Profesionales que han recibido el Premio
MARIA VILLAR BUCETA
Año 2005
Adelina López
LLerandi
Año 2006
Reina
Estrella Herrera Acosta
Año 2007
Olga Vega
García
Año 2008
Ileana Alfonso
Sánchez
Año 2009
Zoia Rivera
Dominica de
los Ángeles Legañoa Ferra
Año 2010
Caridad Lara
Hernández
Israel Núñez Paula
Año 2011
Estrella
Febles Cotilla
Año 2012
Ileana
Armenteros Vera
Año 2013
Irima
Campillo Torres
Año 2014
José Luis
Rojas Benítez
Año 2015
Natalia Sokol
Año
2016
Giraldo Setién Álvarez
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