Gilberto
Sotolongo nace el 1 de noviembre de 1947 y fallece el 14 de abril del
2003. Su vida profesional comenzó desde principios de los 70 del pasado
siglo XX y se extendió hasta el 14 de abril del 2003. Sorprendentemente y
como la mejor muestra del profesional que era, fue capaz de coordinar
actividades, hacer recomendaciones y crear ideas a favor de la
profesión, hasta pocos días antes de su muerte.
Siendo
muy joven, el Ing. Emilio García Capote, que dirigió el Instituto de
Documentación e Información Científico–Técnica (IDICT) en 1970-1972 y en
1979-1983, lo invita a trabajar en esa, en aquel momento, nueva
organización. Su primer vínculo laboral allí fue con el Departamento de Sistemas de Información, dirigido entonces por el Ing. Raúl Álvarez Marcer.
Según palabras del propio García Capote, el joven Sotolongo se convirtió rápidamente en uno de los puntales de ese departamento.
Nueve
años después, obtiene la Licenciatura en Información Científico–Técnica
y es nombrado jefe del Departamento de Sistemas del propio IDICT. En
1981, dentro del Plan de doctorados del Instituto se decide que Gilberto
inicie el doctorado en el Centro de Información Científica (WIZ) de la
Academia de Ciencias de la República Democrática Alemana (RDA),
doctorado que no llegó a obtener, pues a solo unos meses de su
culminación fue reclamado en Cuba por la dirección del IDICT a fin de
cumplir con actividades urgentes.
Durante
esos primeros 15 años en el IDICT, realizó innumerables actividades,
alguna de las cuales, marcaron la historia de la profesión. Entre las
que se están sus trabajos dentro del equipo que logró el primer enlace a
distancia vía satélite (tele acceso) con las bases de datos del Centro
Internacional de Información Científico-Técnica en Moscú y los trabajos,
junto a otros compañeros, en la conformación del Sistema Nacional de
Información Científica–Técnica (SNICT), como responsable del Grupo
técnico para la elaboración de dicho Programa. Igualmente destacados,
fueron sus aportes en el proyecto para la formación de los centros
multisectoriales de información, los hoy llamados CIGETS.
En
esta primera etapa de su vida profesional fue además la contraparte
cubana de especialistas de la ONUDI y la UNESCO para el desarrollo de
proyectos en elIDICT (1974-1975). Trabajó en la concepción del
inventario nacional de medios técnicos y/o computarizados empleados en
Cuba en la búsqueda de ICT y en la proyección de los trabajos de
automatización de servicios informativos en la Academia de Ciencias de
Cuba (ACC) (1978-1979).
En
1988 fue nombrado como el primer director de la Biblioteca Nacional de
Ciencia y Tecnología (BNCT), por lo que tiene como uno de sus méritos
importantes la creación y desarrollo de dicha biblioteca y, dentro de
las múltiples actividades desempeñadas en ella como director, estuvo el
diseño y establecimiento de los servicios informativos especializados
del nuevo Frente Biológico Nacional.
Entre
1988 y 1990 representó la actividad científica bibliotecaria cubana en
países como Inglaterra (Reunión del Consejo de la Federación
Internacional de Información y Documentación), Bulgaria (Reunión del
Consejo del Sistema Internacional de Información en Ciencias Sociales) y
Hungría (Reunión del Consejo del Sistema Internacional de Información
sobre Documentos Publicados), así como en la UNESCO como Miembro del
Comité Asesor de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO para el
Programa General de Información de dicha institución. Fue además, entre
1989 y 1990, copresidente del Grupo Cuba-España (IDICT-CSIC) de estudios
métricos de la Información.
En
1990, fue Secretario Científico de FID'90, 45º Congreso y Conferencia
de la Federación Internacional de Información y Documentación, celebrado
en nuestro país. Al crearse, a principios de los años 80, el Frente
Biológico, Sotolongo asumió la tarea de configurar e implementar los
servicios informativos bibliotecarios de uno de los primeros centros que
conformaron ese grupo de organizaciones investigativas que hoy es el
Polo Científico. En el Instituto Finlay fungió como director de
Información Científica hasta la fecha de su muerte.
En
esta etapa se consolidó como investigador y profesor y obtuvo, en 1995,
la categoría científica y la docente de investigador Titular y de
profesor Titular Adjunto del Área de Conocimiento en la Facultad de
Comunicación de la Universidad de la Habana. Fue profesor de varias
generaciones de profesionales de la información, dictó cursos de
pregrado y posgrado en Cuba y en el extranjero (Universidad de La
Habana, Cuba; Universidad Complutense de Madrid, España; Universidad
Carlos III, Madrid, España y Universidad Autónoma
Metropolitana–Xochimilco, México D.F.). Fue tutor de tesis de grado y de
master en Información e Informática. Fue miembro de tribunales y
oponente en tribunales de las carreras de Información Científica y
Técnica.
En
este periodo desempeñó las siguientes actividades como experto: Comité
de Bioética (Instituto Finlay, 1997-2003); Comité Editorial (Instituto
Finlay, 1997-2003); Miembro de las comisiones sobre publicaciones del
Polo Científico del Oeste de la Habana, CITMA y ACC (Cuba, 1998-2003).
Fue editor y fundador de la revista VacciMonitor,
publicada por el Instituto Finlay. Perteneció a la sociedad científica
de Inmunología (miembro de la Junta de Gobierno desde su fundación), y a
The International Society of Scientometrics and Informetrics (ISSI). Fundador del Grupo Iberoamericano de Informetría y miembro de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información (SOCIT).
En
sus últimos años como profesional hizo importantes aportes a la
informetría, por los que obtuvo un Premio Nacional de la Academia de
Ciencias en 2001. El mérito fundamental de este premio radica en que por
primera vez fue otorgado a un profesional de la información científica y
la bibliotecología, y sobre todo, otorgado a un desarrollo vinculado
con esta especialidad.
Se
otorgará a bibliotecarios profesionales, miembros de la Asociación
Cubana de Bibliotecarios (ASCUBI) o de la Sociedad Cubana de Ciencias de
la Información (SOCIT), que en su quehacer se destaquen por la adhesión
a los principios éticos de ambas asociaciones y por su desempeño y
contribución al desarrollo de bibliotecas académicas, científicas y
técnicas.
Profesionales que han recibido el Premio
GILBERTO SOTOLONGO
Año 2005
Deisy del
Valle
Año 2006
Gloria I
Ponjuan Dante
Año 2007
Mirta C
Botana Rodríguez
Año 2008
Lourdes
Rodríguez Rodríguez
Año 2009
Carmen
Sánchez
Año 2010
Pedro Urra
González
Año 2011
Ascanio
Álvarez Álvarez
Año 2012
Desierto
Año 2013
Irania
Antonia Medina Castillo
Año 2014
María Josefa
Peralta González
Año 2015
Mirian Caridad Ruiz García
Año
2016
Maria Aurora Soto
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